El fraude alimentario tiene importantes consecuencias económicas y de salud pública, y las empresas deben estar preparadas para enfrentarse a esta amenaza.
Casi el 10% del suministro de alimentos se ve afectado por el fraude alimentario. Sin embargo, muchas empresas de alimentos no están bien equipadas para hacer frente al problema. Casi el 40% de las empresas cree que es fácil para los estafadores falsificar sus productos alimenticios y cerca de un tercio de las empresas nombraron la cadena de suministro como un punto muy vulnerable para el fraude.
Además, aproximadamente un tercio de las empresas encuestadas desconocía si sus proveedores habían cometido algún delito penal.
Según Janet Balson, consultora senior de seguridad alimentaria de la USP, el fraude alimentario se define como la alteración intencional de la verdadera identidad o contenido de un ingrediente o producto alimenticio con fines económicos.
En muchos casos, la adulteración no se puede detectar solo por inspección visual. Las empresas deben tener en cuenta la susceptibilidad de ciertos ingredientes y productos (como el aceite de oliva, la miel, la leche, el pollo, el té, las especias y el pescado: http://www.ainia.es/noticias/seguridad-alimentaria/fraude-alimentario-y-confianza-del-consumidor-gato-por-liebre/), los potenciales beneficios económicos, y las vulnerabilidades en la cadena de suministro.
Dado que sólo se detecta una pequeña cantidad de casos de fraude, es importante llevar a cabo una evaluación exhaustiva de la vulnerabilidad de la cadena de suministro, los métodos de control de calidad, la frecuencia de los análisis, las auditorías, la historia del proveedor y los factores históricos, geopolíticos y económicos. Un equipo multidisciplinario puede desarrollar un plan de control apropiado basado en el nivel de riesgo.
Las empresas de fabricación de alimentos pueden aprovechar varias herramientas (complementarias entre ellas) para identificar y evaluar los peligros potenciales en ingredientes y productos, como la EMAlert, la base de datos de fraudes alimentarios 2.0 de la USP, y la herramienta de evaluación de vulnerabilidad de fraude alimenticio de SSAFE.
Arcchana Patil, gerente senior de seguridad y defensa de alimentos, QRC en The Hershey Company y Samantha Cooper, gerente de seguridad alimentaria y garantía de calidad en GMA compararon varias de estas plataformas.A continuación, algunos consejos sobre sus capacidades y cómo las empresas pueden hacer el mejor uso de estas herramientas:
- Base de datos de fraudes alimentarios 2.0 de la USP: Contiene casi 7.000 registros de fraudes de alimentos y permite la búsqueda de los registros por ingrediente. Ayuda en el proceso de evaluación de la vulnerabilidad al fraude alimentario. La plataforma también proporciona herramientas de análisis automatizados.
- EMAlert: Un modelo predictivo a tiempo real para la adulteración por motivos económicos que analiza de forma cuantitativa la vulnerabilidad para un grupo de ingredientes. Los datos se actualizan continuamente. Es una buena plataforma para los equipos de abastecimiento y compra.
- Evaluación de vulnerabilidad de fraude de SSAFE: Disponible en 10 idiomas. Proporciona un buen punto de partida para la evaluación de la vulnerabilidad de un ingrediente, producto, marca, instalación, país o a cualquier nivel de la empresa. Identifica vulnerabilidades para permitir la mitigación, pero no ofrece técnicas de mitigación. La herramienta se puede aplicar en toda la cadena de suministro, desde la alimentación y la producción primaria a la fabricación y catering.
La escasez de alimentos debido a los cambios climáticos, ambientales y políticos ejercerá una mayor presión sobre la disponibilidad de ciertos ingredientes y es probable que cause un aumento en el fraude alimentario.
Sin embargo, hay más herramientas que nunca para ayudar a las empresas a lidiar con este problema, pero la clave es tratar de seguir adelante.
Algunas de las predicciones de los expertos sobre dónde ven el fraude alimentario en el corto plazo:
- Las empresas tendrán que utilizar la tecnología para avanzar más en sus cadenas de suministro donde exista un mayor riesgo.
- La implementación de la tecnología blockchain hará más difícil para los estafadores falsificar datos, especialmente con alimentos procesados.
- La industria alimentaria podrá aprender de otras industrias que tienen problemas de falsificación, como la industria farmacéutica.
- El uso de herramientas complementarias más inteligentes para combatir el fraude alimentario ayudará a las empresas a mitigar mejor los riesgos y a intervenir más rápidamente.
Fuente: https://foodsafetytech.com