La CE se ha fijado como prioridad seguir desarrollando los instrumentos para responder a nivel europeo a posibles crisis alimentarias.
La prioridad que tiene actualmente la Unión Europea es incentivar iniciativas para la cooperación entre países en caso de crisis alimentarias. La necesidad de seguir trabajando en este ámbito se puso de manifiesto con crisis alimentarias como el brote de la bacteria E.coli en 2011, que afectó sobre todo a los productores de pepino en España, o el fraude ocurrido en 2013 con la carne de caballo etiquetada como vacuno.
La clave para gestionar con éxito una crisis a nivel europeo radica en el despliegue eficiente y a tiempo de la cooperación entre los afectados.
Es necesario disponer de herramientas de control para garantizar que los productos agroalimentarios de terceros países que se comercializan en Europa cumplan las mismas reglas que se aplican a los europeos.
A corto plazo, el debate de la Comisión Europea se centrará en cómo dar una propuesta al uso de los transgénicos en alimentos o piensos y en definir una normativa sobre los disruptores hormonales o endocrinos, las iniciativas para frenar la resistencia antimicrobiana y la salud animal.
Fuente: EFE Agro