España es el primer país de Europa que consigue iniciar un proyecto, “La Alimentación no tiene desperdicio”, que fusiona compañías de la cadena agroalimentaria con el fin de frenar el desperdicio de alimentos que existe en las economías desarrolladas. El desperdicio se da por la ineficiencia de las empresas de producción y distribución, y se considera un problema económico, social y medioambiental importante además de debilitar la competitividad.
Se ha trabajado de forma ininterrumpida des de el 2011, y tres años después de llevar a cabo la iniciativa los datos confirman buenos resultados.
Las empresas que han participado han conseguido recuperar un 4% de los desperdicios, pasando de un 28,23% a recuperar un 32,27% de los excedentes alimentarios y redistribuirlos a entidades benéficas en el último año. Este esfuerzo va destinado no sólo a disminuir el desperdicio sino también a ampliar el acceso de alimentos a más personas.
Al 32,27% debe añadirse un 43,65% de excedentes que no pueden donarse porque no son aptos para el consumo humano y no se consideran desperdicios.
Por todo esto, la cadena agroalimentaria convoca a los responsables políticos de todos los partidos a acercarse y conocer las experiencias realizadas en la cadena. También anima a los ciudadanos a sumarse a la causa y a colaborar con iniciativas empresariales e institucionales destinadas a este fin; sin olvidar agradecer los esfuerzos y contribuciones impulsada por la Federación Española de los Bancos de Alimentos (FESBAL).
Fuente: Agronoticias