Durante estos últimos años ha aumentado la preocupación por la posibilidad de una contaminación intencionada de los productos.
Estos actos consisten en introducir de forma intencionada agentes biológicos, químicos, físicos o radiológicos en la cadena alimentaria y que estos lleguen al consumidor final.
Estos “ataques” pueden provocarlos terroristas, pero también empleados insatisfechos, activistas o la propia competencia.
Es muy fácil dañar la actividad de una empresa agroalimentaria y provocar un perjuicio económico.
El concepto de defensa alimentaria o Food Defense comenzó a adquirir relevancia a partir de los atentados terroristas en Estados Unidos (EEUU) en 2001 y la posterior publicación de la Ley contra el Bioterrorismo en 2002.
Es el término que usan en los Estados Unidos la FDA (Food and Drug Administration), el USDA (United States Department of Agriculture), el DHS (Department of Homeland Security), entre otros, para englobar las actividades asociadas con la protección del abastecimiento de alimentos contra actos intencionados o deliberados de contaminación o manipulación.
La defensa de los alimentos no es lo mismo que la seguridad alimentaria. La defensa se enfoca en proteger el suministro de alimentos de la contaminación intencionada o deliberada.
Actualmente, el Food Defense es un procedimiento exigido por IFS, BRC y FSSC 22000, lo que obliga muchas empresas a su implantación.
El objetivo de un plan de food defense es identificar, mitigar y vigilar posibles fuentes de contaminación intencionada de los alimentos.
Algunos casos de contaminación intencionada incluyen, por ejemplo, el de una secta en Oregón que tenía como objetivo influir en los resultados de las elecciones locales incapacitando los votantes. Utilizaron Salmonella para contaminar ensaladas en al menos 10 restaurantes de la localidad, crema para café en algunos restaurantes y productos agrícolas en tiendas de autoservicio. 751 personas enfermaron y 45 requirieron hospitalización.
Otro caso sería el de un empleado insatisfecho de un centro hospitalario que contaminó pastelillos con Shigella y envió un correo a 45 empleados del laboratorio invitándoles a comer pastelillos en el comedor. 4 empleados tuvieron que ser hospitalizados.
En 2009, más de 40 personas en Kansas enfermaron porqué los trabajadores de un restaurante contaminaron una salsa con pesticida.
Para leer más acerca de este tema, pueden hacerlo a partir de este link: http://www.fooddefense-soluciones.com/wp-content/uploads/2013/09/7_Food_Defense-USDA.pdf