Según el reglamento (UE) No 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor la presencia de alérgenos alimentarios en un alimento debe declararse en la etiqueta. Pero algunos de los alérgenos pueden estar presentes en el alimento de forma involuntaria, debido a una contaminación cruzada durante el proceso de elaboración del mismo.
Los fabricantes utilizan el etiquetado de precaución (PAL – PrecautionaryAllergyLabel) para indicar la posible presencia involuntaria de estos alérgenos en el alimento.
Pero actualmente no existe ninguna regulación ni ninguna guía en todo el mundo sobre cómo declarar esta presencia inintencionada de alérgenos. Como consecuencia los mensajes que se utilizan son muy variados y dependen del fabricante.
Un nuevo estudio ha evaluado cómo influye la presencia de este etiquetado de precaución y la forma de expresión en la decisión de compra del consumidor alérgico.
La FoodAllergyResearch and Education (FARE) y la FoodAllergyCanada llevaron a cabo un estudio con más de 6.600 consumidores alérgicos y sus cuidadores en E.E.U.U y Canadá. El objetivo del estudio era recabar información para valorar la influencia del etiquetado de alérgenos alimentarios sobre el comportamiento de compra.
Una vez analizados los resultados se observó que la presencia del etiquetado precautorio depende también del país de origen y de la gravedad de las reacciones que el consumidor alérgico pueda haber tenido con anterioridad.
El comportamiento de compra de los encuestados depende, además, del tipo de mensaje de la etiqueta:
- El 40% compra alimentos cuya etiqueta indica“fabricado en una planta que también procesa (indica algunos alérgenos)”.
- Solo el 11% compra alimentos cuya etiqueta indica“puede contener alérgenos”
- Al menos una tercera parte de los encuestados no sabían que existe un reglamento que obliga a la declaración de los alérgenos alimentarios mayoritarios
- Casi la mitad de los encuestados creían que la ley de etiquetado de alérgenos exigía también el etiquetado precautorio.
Los resultados de esta encuesta indican que es necesario mejorar el etiquetado precautorio y definir alguna guía de aplicación para los fabricantes de alimentos con el fin de facilitar su interpretación por parte de los consumidores.
Hace ya tiempo que se está trabajando en el Programa VITAL®.Este programa tiene como objetivo estandarizar el proceso de evaluación del riesgo alergénico para la industria alimentaria. Pretende evitar el uso indiscriminado del etiquetado preventivo y de este modo conservar su valor como herramienta de gestión de riesgo.
Fuente: allergenbureau.net