Estudios realizados en la Universidad de Granada han mostrado que las concentraciones de micotoxinas, toxinas producidas por hongos, en zumos de manzana superan los límites máximos establecidos en más del 50% de muestras analizadas. También en cervezas, cereales, arroz y productos derivados se han hallado estas sustancias nocivas en niveles superiores a los permitidos.
Nuevas técnicas de detección de estos compuestos han permitido a investigadores de las Universidades de Granada y Valencia analizar su presencia en determinados alimentos.
Patulina en zumo de manzana
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han analizado con un método propio las concentraciones de una clase de micotoxina, la patulina, ocho marcas de zumos de manzana comerciales. Se ha diferenciando el zumo convencional, el ecológico y el destinado específicamente al consumo infantil.
Los resultados del estudio revelan que más del 50% de las muestras analizadas superan los límites máximos establecidos por la legislación europea. Algunas muestras de zumos de manzana convencional alcanzaron hasta los 114,4 μg/kg, y algún lote etiquetado como alimento infantil los 162,2 μg/kg, superando más de 15 veces el límite que marca la normativa.
Aflatoxinas, fumonisinas y ocratoxinas en arroz, cerveza y cereales
El mismo equipo de la Universidad de Granada ha detectado concentraciones de aflatoxinas por encima de los límites máximos permitidos en una muestra de arroz.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Valencia (UV) también han encontrado micotoxinas en cervezas, cereales y productos derivados, como la harina de gofio. Otro grupo de esta misma universidad, ha detectado la presencia de fumonisinas y ocratoxinas, en muestras de cerveza de Alemania, Bélgica, República Checa, Italia, Irlanda, Polonia y España.
Este estudio revela que sólo el control de la materia prima -la cebada, en este caso- no es suficiente, y que estas toxinas se mantienen a lo largo del proceso tecnológico, donde se ha comprobado que las micotoxinas legisladas se pueden llegar a enmascarar al unirse a glucosas.
Diferencias entre alimentos ecológicos y convencionales
El mismo equipo valenciano también ha analizado 1.250 muestras de basados en cereal para ver si existen diferencias entre los alimentos orgánicos y los convencionales en el caso de las fumonisinas.
Los resultados del estudio muestran que en cerca del 11% de los productos orgánicos examinados aparecen fumonisinas, mientras que en los convencionales este porcentaje se reduce en torno al 3,5%.
De hecho, en el estudio de los zumos de manzana ocurría lo contrario, y los productos ecológicos presentaban menos cantidad de micotoxinas que los convencionales. En lo que sí coinciden los investigadores es en la necesidad de seguir delimitando bien las dosis de toxicidad de cada una de estas sustancias nocivas, conocer bien sus efectos sobre la salud y avanzar en métodos de análisis cada vez más exactos.
Fuente: SINC