La responsabilidad es el factor clave para reconstruir la confianza del consumidor después de un escándalo alimentario. La respuesta de las empresas ante las acusaciones juega un papel fundamental.
Después de un escándalo relacionado con la alimentación los consumidores quieren tener la certeza de que el sistema de control de seguridad alimentaria se restaurará de nuevo, y la mejor forma de conseguirlo es que tanto las empresas a nivel individual, como los responsables que defininen las políticas de control, sean proactivos.
Especialistas en el sector consideran que el principal desafío es recuperar la “reputación”. La pérdida de confianza entre los ciudadanos se debe a escándalos como el que se desató en 2013 por el etiquetado de la carne de caballo bajo el nombre de ternera o estudios sobre el bisfenol en los envases.
Un estudio publicado en la revista Journal of Health, Risk&Society analizó el impacto que tuvieron las estrategias seguidas por parte de algunas empresas y supermercados en los consumidores tras el escándalo de la carne de caballo.
Se analizaron también los principales factores que pueden provocar un escándalo alimentario y se llegó a la conclusión que no existe un solo factor sino una combinación de ellos; tales como la complexidad de la cadena alimentaria, la demanda de productos baratos por parte de los consumidores, la actuación deshonesta por parte de algunas empresas de alimentación y, de un modo indirecto, agencias de seguridad alimentaria que podrían no haber actuado con total rigurosidad.
Asumir la responsabilidad por parte de las empresas revertió en un incremento de la confianza por parte del consumidor hacia las mismas.
Aunque el consumidor no exime de culpa a los supermercados implicados sí elogiaron a aquellos que habían dedicado una página entera en el periódico a disculparse y dar explicaciones. Además, por parte de los consumidores, se vio aumentada su confianza hacia otros productos alimenticios del mismo supermercado.
Los consumidores esperan también medidas más contundentes como la imposición de multas, imputación o incluso el cierre de las empresas implicadas.
Fuente: Food Quality News