Algunos expertos se plantean si para garantizar la calidad de los alimentos y su inocuidad es suficiente centrarse exclusivamente en términos de seguridad alimentaria para evitar factores de riesgo de enfermedades, o en cambio, es necesario integrar otros ámbitos de actuación que interactúen entre sí.
Según los defensores de esta tesis, a lo largo de los años algunos gobiernos han impuesto cada vez más regulaciones y mecanismos de cumplimiento más estrictos. Pero incluso esta presión legislativa puede tener límites a la hora de calibrar con suficiente rigurosidad y eficacia la calidad de un producto a efectos de su seguridad.
Por su parte, la industria alimentaria además de dar respuesta a las exigencias legislativas también se ha esforzado notablemente en implementar estándares de control más elevados.
Pero estas medidas parecen insuficientes ante un sistema alimentario global cada vez más complejo y reducir a cero el riesgo de un incidente transmitido por un alimento es extremadamente difícil por múltiples factores que van más allá de la seguridad alimentaria.
Por este motivo han aparecido algunos enfoques más proactivos que amplían los horizontes de actuación en base a la protección de alimentos que abarca la seguridad alimentaria, la defensa alimentaria y la sostenibilidad alimentaria. De esta manera, el propósito de esta teoría es ampliar el pensamiento y la ejecución de acciones derivadas de estos cuatro campos para crear una protección más efectiva de los alimentos.
La “integridad alimentaria” supone pensar de manera diferente para actuar con más eficacia en el logro de resultados en la inocuidad de los alimentos.
El argumento que sostienen estos expertos, entre ellos Brian Sterling, CEO de SCS Consulting, es que, si se abordan de forma inconexa los problemas de fraude alimentario, el desperdicio de alimentos, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria se acaban aplicando estrategias y tácticas aisladas sin un fin cohesivo de los recursos limitados. En definitiva, “la integridad alimentaria”, que es el concepto en el que se base esta teoría, supone pensar de manera diferente para actuar con más eficacia en el logro de resultados en la inocuidad de los alimentos.
Desde Bioser sostenemos la conveniencia de participar proactivamente de esta tendencia y lo hacemos aportando productos, recursos y conocimientos que van más allá de los estándares convencionales de la seguridad alimentaria.
La integridad alimentaria es un camino que exige la máxima colaboración entre todos los agentes, pero también ampliar el campo de visión en un mundo, que desafortunadamente, sufre graves problemas de sostenibilidad y fraude, que acaban afectando directamente a la seguridad de los alimentos, a pesar de los esfuerzos regulatorios y de la industria.