A medida que los plazos para las regulaciones elaboradas minuciosamente bajo la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria (FSMA) vayan entrando en vigor, el cumplimiento por parte de los productores, proveedores y fabricantes de alimentos por sí solo no será suficiente para detener los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos.
Los Estados Unidos se encuentran frente un período muy crítico para la implementación de la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria. Se pretende realizar el cambio más importante relacionado con la vigilancia de la seguridad alimentaria de la FDA en 70 años, y abarcará los productos de la granja a la mesa. Se trata de transformar el sistema de seguridad alimentaria de uno que es reactivo a uno que sea preventivo.
Para ello, los reguladores han trabajado estrechamente con las partes interesadas en los últimos cinco años para desarrollar las normas fundamentales de la FSMA, la primera de las cuales entró en vigor el pasado mes de septiembre para alimentos manufacturados y piensos. La siguiente entrará en vigor en abril.
Pero todo este trabajo para crear una cultura de seguridad alimentaria a lo largo de la cadena de producción podría resultar en balde si no se consigue extender a los consumidores.
Se puede hacer un gran trabajo con la producción de alimentos, pero si el consumidor no manipula, prepara y conserva el alimento de una forma segura, todo el esfuerzo realizado no servirá de nada.
Es necesario mejorar la educación del consumidor. El gobierno tiene datos para demostrar que los esfuerzos de educación al consumidor deben mejorarse para garantizar la seguridad alimentaria.
El pasado mes de noviembre se conocieron los resultados de una encuesta sobre seguridad alimentaria realizada por la FDA y el USDA. Esta encuesta reveló que sólo la mitad de los consumidores encuestados pensaban que no era común intoxicarse con alimentos preparados en casa y sólo un 6% pensaban que era muy probable que las verduras crudas puedan tener gérmenes.
En el lado positivo, el 85% de los consumidores dicen que se lavan las manos con agua y jabón después de preparar carne cruda, aves y pescado y el 90% lavan sus tablas de cortar después de preparar estos productos y antes de volver a usarlos.
Para ayudar a los educadores en seguridad alimentaria a cerrar la brecha y asegurar que la seguridad alimentaria continúe extendiéndose a través de los consumidores, la FDA se asoció con Partnership for Food Safety Education para publicar una nueva caja de herramientas y guía para educadores de seguridad alimentaria.
La guía se puede descargar en línea http://evaluationguide.fightbac.org/ e incluye consejos y herramientas para ayudar a educadores de seguridad alimentaria a desarrollar y evaluar sus programas.
Fuente: www.foodqualitynews.com