CETA (Comprehensive Economic and Trade Agreement) es un tratado de libre comercio destinado a facilitar los intercambios económicos entre la Unión Europea y Canadá a uno y otro lado del Atlántico.
¿Qué efectos puede tener este tratado sobre la Seguridad alimentaria??
Hay muchas diferencias normativas entre Canadá y la UE, lo que podría poner en peligro la normativa europea relacionada con la seguridad y la producción de alimentos.
Según el grupo Council of Canadians, que se describe como una organización de acción social, la historia demuestra que los acuerdos comerciales armonizan las normas y las regulaciones se reducen al mínimo común denominador.
El objetivo de este acuerdo es proporcionar nuevas oportunidades para las empresas europeas, promocionando los altos estándares europeos en áreas como la seguridad alimentaria, en beneficio de los ciudadanos.
Según la Comisión Europea casi el 92% de los productos agrícolas y alimentarios se exportará a Canadá libre de impuestos y de tarifas aduaneras. Las pequeñas empresas tendrán más fácil vender sus productos en el mercado canadiense por el reconocimiento mutuo de ciertos niveles de calidad y 147 denominaciones de origen.
Aun así, hay algunos detractores que aseguran que CETA abriría las puertas del mercado europeo a miles de toneladas de productos de menor calidad, pero Bruselas insiste en que las exportaciones tendrán que cumplir las normas europeas.
El intrincado texto del tratado establece que el principio es que el país importador acepte las condiciones del país de origen siempre que estas sean equivalentes a las suyas y precisa aquellos productos en los que cada parte debería aplicar medidas extra. El informe detalla las áreas donde las regulaciones de Canadá son diferentes a las de la UE.
¿Comeremos pollo clorado y ternera con hormonas cuando se apruebe el CETA? Canadá tiene en ciertos sectores normas de protección más laxas que las europeas. Está permitido, por ejemplo, desinfectar el pollo o la ternera con cloro antes de su venta, inyectar ractopamina, una hormona estimulante del crecimiento prohibida en la UE, o utilizar ciertos colorantes vetados. Además es más permisiva con la venta de GMO
La Organización de Consumidores Europeos (BEUC) cree que el capítulo de normas fitosanitarias incluye “buenas medidas” y destaca que prioriza la salud humana sobre el comercio, pero opina que debería haberse puesto más énfasis en el “principio de precaución” que prima en la regulación europea pero no en la americana.
Fuente: www.foodqualitynews.com y www.eldiario.es