Insectos y alimentos de laboratorio, nuestra dieta en el 2050

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Las alternativas a la carne y la comida que ayuda a combatir enfermedades se erigen como las grandes protagonistas de las mesas del futuro en todo el planeta.

Un plato de grillos fritos, un bol de col Kale con quinoa y un batido enriquecido con nutrientes que ayudan a ralentizar el envejecimiento celular. Esta podrá ser nuestra comida de aquí pocos años, según apuntan los expertos en alimentación, aunque para a muchos les parezca ciencia-ficción.

Analizamos las seis principales tendencias que marcarán el futuro del sector.

  1. Insectos en la mesa

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) hace años que apuesta por introducir los insectos en las dietas. Para este organismo, la producción de carne supone una clara amenaza para el planeta: para alimentar a los 9.000 millones de personas que habrá en el 2050 se debería aumentar en un 70% la producción de alimentos y eso, en el caso de la producción de carne, supone un agotamiento recursos naturales, ligado a un aumento de combustible tan grande que en poco tiempo no será sostenible.

Para eso hace falta encontrar alternativas que sean nutricionalmente saludables; y los insectos, que en Asia y en América Latina hace siglos que se consumen, son una buena solución, ya que tienen muchas proteínas concentradas y su producción es mucho más económica y sostenible que la de la carne.

De hecho, hay 1.900 especies aptas para el consumo humano, según los estudios de las Naciones Unidas, muchas de las cuales ya se consumen en todo el mundo excepto en Europa, donde las barreras culturales todavía se alejan de las brochetas de escarabajos o las tapas de escorpiones.

Sin embargo, el Parlamento Europeo aprobó en el 2015 una propuesta para legalizar su consumo, previendo su introducción. Ahora los estados miembros tienen hasta el 2017 para aplicar esta legislación; el vacío legal llegó a obligar que Barcelona cerrara el único sitio donde se comercializaban insectos, que ahora está a la espera de la nueva regulación.

  1. Alternativas a la carne

Junto con el consumo de insectos está la segunda tendencia de futuro: el aumento de alternativas a la carne.

Desde Reimagine Food, un centro de innovación en alimentación con la sede en Sant Cugat (Barcelona), están constatando la aparición de empresas dedicadas a crear nuevos alimentos en los que los ingredientes animales se sustituyen por vegetales pero sin variar ni el gusto ni la textura.

Su director general, Màrius Robles, explica que esto responde a “la voluntad de la gente de comer menos carne, consciente que no es muy saludable, sobre todo a raíz de los avisos de la OMS”, pero también al hecho que “la carne es un recurso limitado”. “En la China el consumo de carne se ha cuadriplicado en los últimos 40 años y en España se ha duplicado, y esto no es sostenible”.

Por eso algunas compañías ya trabajan en productos que son iguales que la carne pero que no la incluyen. Un ejemplo es la empresa norte americana Impossible Foods – que tiene entre sus principales inversores Bill Gates- y que ya producen hamburguesas vegetales con una apariencia y un gusto muy similares a los de las hamburguesas de carne y que se han empezado a comercializar en algunos restaurantes de los EUA.

  1. Superalimentos para todos

Este es uno de los conceptos que está más de moda en el sector de la alimentación. Dentro de esta categoría encontramos sobre todo vegetales que contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes. Para citar algunos ejemplos próximos tenemos el brócoli, el aguacate o el jengibre, pero el mercado está viendo cómo llegan a nuestras mesas productos que hasta ahora desconocíamos, como por ejemplo un vegetal muy famoso de Asia, el kahi-nam, conocido como el caviar verde, que reúne las propiedades del brócoli, las espinacas y la col, es decir, que es toda una bomba de proteínas, fibra, hierro, magnesio, vitaminas y antioxidantes. Como se trata de una planta acuática de dimensiones muy reducidas y crece a mucha velocidad, sus posibilidades comerciales son muy altas: actualmente, la compañía israelí Green Onix se ha convertido en la pionera en crear y comercializar un pequeño electrodoméstico que te permite cultivarla en casa.

  1. Sustitutivos químicos

Su objetivo es conseguir que la gente que no tiene tiempo para comer, sobre todo los que a la hora de comer no paran porque tienen mucho trabajo, puedan hacer, igualmente, una comida saludable. Y por eso estos productos llegarán del laboratorio hasta la mesa. “El objetivo es que sean el máximo de saludables y que aseguren la ingesta nutricional correcta para las personas con poco tiempo y con mucho estrés, que no tienen ni cinco minutos para comer”, explica Màrius Robles, que ha detectado que en los últimos años han proliferado las empresas que están apostando para investigar estos productos y lanzarlos al mercado.

En esta línea, se están desarrollando alimentos producidos químicamente que tienen todos los nutrientes necesarios de una comida saludable. “Hay mucha demanda y seguirá creciendo, es importante que la gente sepa que tiene la posibilidad de comer rápido sin comer fast food poco saludable”, dice Robles

  1. Comer para prevenir

Ya hace tiempo que en los lineales de los supermercados hay productos que prometen rebajar el colesterol o la osteoporosis, pero esto es solo el principio, según apuntan los expertos. La medicalización de la alimentación avanza a pasos agigantados, ya que la tecnología actual permite desarrollar cada vez más productos que contribuyen a prevenir enfermedades y que dan respuesta a unos consumidores que cada vez están más preocupados por su salud y en una sociedad que envejece y vive durante más años.

Así, ya se están desarrollando bebidas antioxidantes, refrescos prebióticos o batidos para los enfermos de Alzheimer, sólo por poner tres ejemplos de lo que se está gestando en laboratorios de todo el mundo.

Sin embargo, hay críticas con esta tendencia que apuntan a un exceso de medicalización a la hora de comer, y que reclaman tomar una dieta variada, equilibrada, y, sobre todo, donde no haya productos procesados.

  1. Alimentos inteligentes

Aquí entramos en un terreno que parece más de ciencia-ficción que no gastronómico, pero los expertos aseguran que está más cerca de lo que nos pensamos y que está estrechamente ligado con la tendencia anterior.

Desde Reimagine Food explican, por ejemplo, cómo se están estudiando las posibilidades de la nanotecnología para aplicarla en nuestro bienestar, con alimentos, por ejemplo, que tengan un microchip donde haya toda la información sobre su origen y la trazabilidad o que nos permita ver cómo se comporta dentro de nuestro organismo y como nos afecta.

En esta misma línea también se está trabajando en la comida personalizada, es decir, alimentos diseñados en función de nuestras necesidades o las enfermedades que padecemos, para potenciar así los nutrientes que nos pueden ayudar más.

Fuente: traducción del artículo publicado en www.ara.cat

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