Hoy en día no basta con tener qué llevarse a la boca. 582 millones de personas enferman cada año en el mundo, de las cuales 351.000 fallecen y el 40 % son niños menores a 5 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque todos nos vemos afectados, la gravedad aumenta en los países en vías de desarrollo.
Los responsables de muchas de las crisis son tres patógenos: Salmonella tipi (52.000 muertes), Escherichia coli (37.000) y norovirus (35.000). Los dos primeros, al ser bacterias, pueden ser consecuencia de los abusos de antibióticos.
La mitad de los medicamentos usados mundialmente en ganadería se usan para proteger al animal, pero también porque engordan, y esto puede dar lugar a la transmisión de resistencias en humanos.
La relación entre animales y personas la encontramos en los antibióticos residuales que puedan quedar en la carne del animal, en las bacterias del tracto gastrointestinal de los animales que se diseminan a la carne durante la matanza y a la colonización del recto de las personas por parte de las bacterias (por ser el microbioma semejante).
El remedio a estos problemas es la higiene, separar los alimentos y cocinarlos y conservarlos correctamente.
Fuente: El país